Cómo hacer un mini-álbum para un bebé

Hola a todos!! Después de unos días de parón volvemos a la carga con un trabajo realmente especial. Un encargo de un mini-álbum para una preciosa niñita que acaba de nacer. Para ser sincera, debo decir que me gusta mucho cómo ha quedado y la feliz mamá también está muy contenta. Así que voy a enseñároslo página a página, a ver qué os parece. Vamos allá!!

En esta ocasión he utilizado los papeles de la colección Bundle of Joy Girl de Echo Park. El diseño, los colores, el motivo… todo me pareció perfecto para la ocasión. Empecemos por la portada. Como veis, nuestra princesita se llama Carmen 😉 Siendo un regalo tan personal es importante que tenga el nombre puesto ya desde la portada. Como nota curiosa, los ojos del búho se mueven… son súper bonicos jajajaja. Pasemos a la primera página interior, a ver cómo ha quedado: En la foto podéis ver un montaje con la doble página y los detalles de las páginas individuales. En la página de la izquierda he puesto un bolsillito para poder meter dentro una foto, una tarjeta con las medidas del bebé o lo que prefiráis… (ahí ya queda al amparo de la imaginación de cada uno). Si os fijáis, los detalles en verde de la tarjeta y el botón con el hilo están trazando una diagonal a lo largo de la página. Es una de las reglas básicas heredada de la fotografía (mi marido es fotógrafo y en algo se tiene que notar). Aporta equilibrio y dirige la mirada. ¿A qué es genial que con algo tan simple consigamos tantas cosas? En la página de la derecha tenemos un marco para pegar una foto. Las banderitas nos ayudan a rellenar el espacio y para acabar de darle un detalle final, he añadido una pegatina de una camisetita montada sobre un adhesivo 3D para dar volumen.
Pasemos a la siguiente página, a ver qué tal ha ido: Sigo manteniendo la misma estética de colores y diseño, pero dando un toque personal. En esta página, el bolsillo de la izquierda es un pañal. ¿Qué mejor para la ocasión, no?. En la página de la derecha, el pasador que hay encima del marco de fotos es deslizable. Un poquito de dinamismo siempre viene bien, no creéis? Vamos a ver las páginas más de cerca. Bien, ya ha llegado el momento de pasar a la siguiente página. Para romper un poco con la línea de las páginas anteriores, aquí utilicé papeles con fondos más agresivos. Líneas verticales y horizontales, que dan más fuerza a las páginas consiguiendo, como os comentaba, romper con las líneas más suaves de las páginas anteriores (no conviene que todas las páginas sean estéticamente iguales porque podríamos provocar sensación de monotonía). Y como siempre, vamos a verlas más de cerca. Empecemos por la página par: Fijaos que la página es bien sencilla: el marco para pegar la foto y un par de detalles en diagonal (diagonal otra vez). Nada más. Y sin embargo la página da sensación de plenitud. Así de importante es el motivo del papel que utilices de fondo. Pero cuidado, porque igual que nos ayuda con las composiciones menos complejas, también puede hacer que páginas que estén un poco más elaboradas queden saturadas. Ojo con eso.
Vamos a ver más de cerca la página impar: Fijaos en esta página. El fondo de la composición es liso, lo que nos permite agrupar más elementos (bastantes más) sin tener sensación de agobio. El motivo rayado en este caso lo utilizamos como un elemento decorativo más, así no tiene el protagonismo principal. El diseño, como veis, es un bolsillo bien amplio para que quepan un montón de fotos, tarjetas para anotar detalles que no se quieran olvidar y hasta un sobrecito para poder llenarlo de pequeños recuerdos. Recordad que es un libro de bebé y seguro que sus papás tendrán un montón de fotos y no sabrán por cuáles decidirse, así que lo mejor es que las pongas todas!!! Sigamos. Aquí os dejo la siguiente doble página para que le vayáis pegando un vistacillo.

Fijaos en los niños (os los he puesto en grande). Para darles un poquito más de protagonismo las camisetas y los zapatitos están en relieve. Dar un poco de profundidad a algunos elementos siempre es muy útil. ¿Quedan geniales, verdad?
Pues aparte de los niños, que son un amor, hay un par de detalles a tener muy en cuenta en esta composición. En la página de la izquierda el marco para poner las fotos es desplegable, pudiendo poner más fotos tanto por delante como por detrás, y para que se pueda abrir le he puesto una pestaña, con un dibujo de pajaritos a juego con el pajarito que adorna la página de al lado. Me encantan estos truquitos.
Os pongo un par de fotos para que podáis verlo mejor:

Sigamos, que ya casi hemos llegado al final.

Como elemento destacable de esta composición, claro está, el molinillo de viento. Lo he hecho usando un palo de brocheta (¡¡imaginación al poder!!), papel a juego con el desplegable de la siguiente página y para unirlo todo un brad con un osito dibujado. Apuesta segura.
En la página de la derecha fijaos que para poder abrir el desplegable he puesto dos pestañas asegurándome de usar colores que contrasten y que no desentonen con el fondo, por supuesto.

Y llegamos a la última página: oooooooohhhhh
Ya lo sé, ya lo sé… pero en algún momento hay que parar. Ahí va:

No podían faltar los corazones. En la izquierda el corazón es un vaciado. Recortado directamente con el troquel. Y aunque no se aprecia muy bien en la foto, hay otro corazón en la parte de arriba, pero esta vez tintado.
Página de la derecha. Otro corazón, también utilizando el troquel, pero esta vez en relieve. Recordad que es muy importante trabajar también el volumen.
En esta página, además, tenemos un textito a petición expresa de las chicas que me hicieron el encargo. El toque tierno para poner una foto suya. Detallazo.

Así que llegados a este punto, sólo nos queda la contraportada.

Del mismo color que la portada y muy sencilla. El protagonismo debe ser para las páginas interiores, no lo olvidéis. Si al final lo que recuerdan es la contraportada en vez del interior, es que algo ha fallado.

Y con esto tenemos acabada la entrada de hoy.

Gracias por vuestras visitas y vuestros comentarios.

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